jueves, 25 de octubre de 2007

PAN DE MUERTO


El pan de muerto, que es para los mexicanos un verdadero placer, tiene su origen en la época de la Conquista, inspirado por rituales prehispánicos, y hoy en día es uno de los componentes más importantes de las ofrendas dedicadas a los Fieles Difuntos.

Las poblaciones mexicanas especialmente del centro y sur del país han tenido un gusto particular por ese pan de fiesta, pan dedicado a los difuntos que regresan a reencontrarse con sus familias el 31 de octubre, 1 y 2 de noviembre, de acuerdo con la tradición de
"Día de Muertos" que se ha heredado de generación a generación desde hace varios siglos.

Existen muchas variedades de pan de muerto, las cuales adquieren características distintivas del lugar donde provengan. El tipo más conocido es el que se produce en el centro de México. Este tipo se prepara con una masa de harina, levadura, mantequilla, azúcar, huevo y leche; misma que se adereza con esencias naturales como la vainilla o naranja. En algunas ocasiones, la masa de pan puede llevar pasas o nueces. Para decorar el pan, se hacen unas tiritas de la misma masa que forma la bola del pan, las cuales son moldeadas con los dedos para adquirir una forma lobulada. Estas tiritas se colocan sobre la bola del pan, cruzando varias en el centro de la misma. En el punto donde se unen, se coloca una pequeña esfera de masa. Se supone que el adorno del pan representa a un muerto. Cuando el pan está cocido, se barniza con mantequilla derretida y se espolvorea con azúcar blanca.

No hay comentarios: